"Las mil caras del incansable Mex" - Entrevista Diario Crítica

Sobresale en Los exitosos pells, conduce en canal 7 y además es músico
Las mil caras del incansable Mex
Su personaje de chupamedias en la tira de Telefe forma un tándem irresistible con Mike Amigorena. Pero Urtizberea también hace un magazine periodístico, y va a filmar Ringo, sobre la vida de Bonavena. Sus ganas de convertirse en Armando Bo .
Leni González29.11.2008


Para verte mejor. A la gran exposición de Mañana vemos y Los exitosos Pells, el año que viene se sumará su participación en la película sobre Ringo Bonavena.

Los días de Mex Urtizberea empiezan muy temprano. A las seis de la mañana se despierta, lee los diarios y se informa de lo que le espera para su programa Mañana vemos, por Canal 7, de 10 a 13. “Soy responsable de todo. Hago la producción general, así que veo lo periodístico, el humor, la música, lo técnico”, dice el conductor matutino y actor por la tarde-noche. Porque después del almuerzo, Mex parte rápidamente a grabar Los exitosos Pells, la tira de Telefe producida por Underground que en varias emisiones desplazó a los shows de Marcelo Tinelli del primer lugar del rating.

“Con Sebastián (Ortega, director de Underground) ya había hecho el piloto de Lalola, pero no pude seguir porque no me daban los tiempos justamente por Mañana vemos. Esta vez me volvió a llamar, insistió y acomodó los horarios. Y es una felicidad, porque nunca había hecho ficción en tele y poder estar con Hugo Arana y esa gente que admirabas de chico, me encanta”, cuenta.

Su experiencia actoral hasta ahora había sido cinematográfica, en dos películas de Alejandro Agresti, Valentín y Un mundo menos peor. “No soy actor –aclara–, si soy algo es músico; el actor es mi hermano, Gonzalo. No niego que siempre pensé en actuar y hacer humor, ya que en mi casa era el gracioso, pero a los seis años empecé a tocar la batería y crecí vinculado a la música, al grupo MIA, de Lito Vitale, al free jazz, algo rarísimo que nunca iba a ser popular, estaba destinado a eso. Hasta que apareció el Parakultural, Alfredo Casero y ahí empezó otra historia.”

La historia conocida a la que se refiere es la de los programas De la cabeza y Cha cha cha, que cambiaron en los primeros noventa la forma de hacer humor televisivo, de la picaresca al absurdo. “En esa época, uno tenía una predisposición anarquista y no le importaba nada, ni el rating ni nada, vivíamos una realidad propia”, recuerda Mex, de 48 años.

–¿Cómo se para frente a un magazine periodístico como el que conduce?

–Qué sé yo, uno se pone más grande. Y al ponerte más grande, uno se compromete. Ya cuando empecé a hacer radio y a escribir las columnas en La Nación, me metí más con la realidad y lo periodístico me gusta. Claro que el programa tiene un sello propio. A veces me pasa que cuando empiezo, en la apertura, tocando y bailando con Carla (Czudnowsky), con Fanny (Mandelbaum), miro detrás de cámara y veo que me están esperando invitados para una nota seria y me digo: “¿Qué pensarán? ¿adónde vinimos?” , pero, bueno (sonríe), es así el programa.

De todos modos, el año que viene no sigue. “Estoy cansado, quiero hacer otras cosas...”, explicará más tarde, después del salmón con verduras y agua mineral, en la tradicional confitería de la esquina del canal, en Figueroa Alcorta y Tagle. “Vengo acá para notas”, explica el forastero Mex, entre señores maduros y rubias tostadas a pantalla.

–Sobre su personaje de amigo y representante de Pells, ¿hay muchos Sergios en el medio?

–¡Está lleno! Uhhh, es la mayoría, los mediocres que hacen sentir bien a ése y viven de ése, la gallina de los huevos de oro. Le van atrás, le alcahuetean, están ahí siempre y terminan decepcionados porque el otro “hizo un negocio, se cortó solo”. Sergio es una rata. Siempre hablamos con Mike (Amigorena, el protagonista) que es típico tener un amigo que es una porquería y uno lo tiene porque lo precisa. ¿Para qué mierda está Sergio ahí? Si a Pells lo hunde, lo engaña, no sirve para nada. Pero lo querés, es el amigo de la infancia. Me gusta mucho esa patología de la relación.

–¿No está muy pegado al estereotipo de antihéroe y perdedor?

–A mí me divierte mucho hacer el antihéroe. Y no es que me llamaron para el Toro salvaje y estoy armando el personaje. Tengo clara la psicología del tipo. Él ahora empezó a cazar guita y a vestirse bien –lo que él cree que es vestirse bien– y se hace peinados tipo flogger y cree que está bárbaro porque todo el tiempo está pensando en levantar minas, está chocho con la joda. Pero no lo odiás porque no es un garca de verdad. Le gustaría hacer guita fácil y zafar, pero hace todo mal y no le importa, es inconsciente. Qué se yo, es argentino, por eso le tomás cariño.

El otro trabajo que le espera a Mex a la brevedad, y también de la mano de los Ortega, es la filmación de la película Ringo. Junto a su hermano Gonzalo, harán de los hermanos Juan y Bautista Rago, los primeros entrenadores y representantes de Bonavena.

–¿Entre tanto, adónde quedaron el humor, la música y los ciclos pensados para chicos como Magazine for fai?

–Me ofrecieron mucho volver a hacerlo pero ya está, fue eso. Nunca, nunca hay que volver adonde fuiste feliz. Ni volver a la ex mujer ni a la casa en la que viviste, todo va a ser diferente. En cuanto a la música, estoy haciendo nuevos temas y quiero volver a tocar porque hasta ahora no tuve tiempo. Y a lo mejor hago algún programa de humor, tengo ofrecimientos, vamos a ver... Pero la verdad es que mi sueño es hacer cine.

–¿Dirigir?

–Sí, es algo que nunca hice y me gustaría. Escribí tres guiones y uno estuvo a punto de hacerse con la gente de Cuatro Cabezas, pero después no apareció la guita. Quiero ser una especie de Armando Bo, hacer algo humorístico, absurdo, onírico, con Julieta Cardinali, que es amiga, como mi novia.

De hijo de Raúl a padre de Violeta

Hermano del actor Gonzalo, hijo del periodista Raúl y padre de la actriz Violeta, a Mex Urtizberea se le cae la baba cuando habla de la joven ganadora del Martín Fierro como revelación por su papel en Lalola. “Me encanta, es muy buena”, dice después de verla dos veces en Miami, la obra que, hasta hoy, interpreta en El Cubo. “Empezó muy chica conmigo, en Magazine for fai, aunque yo me resistía porque quería que ella eligiera y no que fuera panadera porque el papá es panadero. Pero tengo la tranquilidad de padre de que a ella le encanta, estudió, se preparó, tiene talento, es muy madura y con mucha personalidad. Ahora se fue a vivir sola”, cuenta papá, que vendió la casa donde convivía con la nena de 23 años.

–¿Te recuerda a vos a su edad?

–Está más preparada, es más segura. Tuve un padre, tengo porque vive, que sufría mucho con el medio, con los manejos, con la lucha despiadada; y heredé un poco eso y trato de que no me dañe. Le hablé del tema sólo para que lo sepa y se proteja para no sufrir. Y lo maneja muy bien, que es lo más embromado.